domingo, 30 de marzo de 2014

Falleció Yamil en un accidente de tránsito. Sigo sin caer. Fue un día antes de haber soñado ésto, fuimos al velorio a cajón abierto. Lo vi. Mi mamá y mis hermanas se habían ido a casa de mi abuela. Yo decidí quedarme. Ya era de noche. Me fui a dormir.
Comienza el sueño. Prendo la computadora para distenderme un poco. Me tiemblan las manos. Tengo miedo y no sé de qué. Supongo que por quedarme sola en casa. Son las tres de la mañana. Tocan la puerta. "Quién es?" digo. "Soy Yamil" me responde. Abro pensando que me están haciendo una broma, aunque no entiendo quien sería tan hijo de puta de hacerlo. Y no. No es una broma. Es él. Está parado en mi puerta. No tiene aspecto de estar vivo. Me pongo nerviosa, siento algo horrible en todo el cuerpo. Me empiezo a alejar. Él me sigue diciéndome que lo abrace, que no tenga miedo. Estoy llorando, "no quiero" le digo. Noto que camina un poco rengo, quejándose del dolor, en la pierna le sobresale un hueso, chorrea sangre. El cuello lo tiene roto. Tiene sangre en la cara. Sangre por todos lados. Se está acercando a mí. Yo me choco con una pared. Lo tengo muy cerca mío. Lloro peor. Me toca la mano. Está muy frío. Siento que me desvanezco, y en eso escucho un "no lloren, estoy bien acá".

No hay comentarios:

Publicar un comentario